El repollo es una comida tradicional que cada vez se consume menos, antiguamente se sabía donde comían repollo por el olor, hoy pocas veces se guisa repollo, realmente nos hemos pasado a otras verduras más suaves y sencillas, pero el repollo debería seguir siendo parte de nuestra dieta, igual que la lombarda y la coliflor. No venden repollo congelado, ni en tarro de cristal, eso dice mucho del consumo del repollo, solo lo encontramos en conserva, el chucrut.
El repollo crudo se consume fuera de nuestras fronteras, la famosa ensalada coleslaw, o las koftas indias, llevan como ingrediente principal repollo crudo, nosotros lo vamos a guisar, y lo comeremos sencillamente aliñado con una vinagreta.
Para esta receta necesitamos:
- Medio Repollo
- Una Patata hermosa
- Vinagre Suave
- Aceite de Oliva
- Media cucharadita de mostaza de Dijón
- Pimienta de molinillo
- Sal (sal normal y una sal de color, como la rosa del Himalaya o la negra de Haway)
Elaboración:
Lo primero que hacemos es cortar y lavar el repollo, el repollo es muy fácil de cortar, siempre que no intentemos separar las hojas, desechamos la primera capa si está suelta, quitamos la parte blanca y más dura del tronco, y con el repollo apollado sobre la parte plana en la tabla, vamos haciendo como especie de lonchas finas. Cuando tenemos todo el repollo "loncheado", damos la vuelta a la tabla, y cortamos en sentido contrario, ya tenemos el repollo en trocitos.
Ahora lo echamos en un colador grande, como el que usamos para escurrir la pasta, y lo lavamos bien bajo un chorro de agua fría. Pelamos la patata, la lavamos y la dejamos entera. El repollo lavado lo metemos en la olla, en el centro colocamos la patata, echamos agua, no hace falta cubrir, con llegar a la mitad es suficiente porque el repollo soltará agua al cocinarse. No echamos nada más, ni sal, ni aceite, nada, solo repollo, patata y agua.
Lo mejor es guisarlo en olla a presión o en olla rápida, en cazuela normal tardará mucho más tiempo y nos va a oler toda la casa a repollo, podemos poner unos cascos de cebolla sobre la tapa para mitigar el olor, pero aún así, si tenemos un repollo cociendo más de media hora es complicado que no de olor.
En la Olla Rápida, cerramos la tapa, ajustamos el cierre en presión dos, encendemos el fuego, esperamos que suba la válvula, y una vez vemos los dos anillos fuera bajamos el fuego al mínimo y contamos ocho minutos. Si solo hacemos repollo, sin patata, podemos dejarlo en seis, nos quedará mucho más al dente, personalmente prefiero el repollo más cocido y ocho minutos me parece más apropiado.
Mientras cuece el repollo vamos hacer una vinagreta en una taza par aliñarlo una vez cocinado: echamos un poquito de sal normal, añadimos una parte de vinagre suave y batimos para disolver la sal en el vinagre, incorporamos dos o tres partes de aceite y media cucharadita de mostaza de Dijón y volvemos a batir, un par de vueltas al molinillo de pimienta y ya tenemos la vinagreta lista.
Una vez pasados los ocho minutos, separamos la olla del fuego y dejamos salir el vapor, abrimos la tapa del lado contrario a nosotros para que el vapor no nos vaya directamente a la cara, y dejamos caer el repollo guisado y la patata en el colador. Cogemos la patata con cuidado de no quemarnos y la cortamos en rodajas, la colocamos en el borde de un plato grande y añadimos una sal de color, como la rosa del himalaya o la negra de Haway, yo eche sal negra.
En el medio del plato ponemos el repollo, echamos un poquito de sal, removemos y añadimos la vinagreta, lo movemos como si estuviéramos aliñando una ensalada y comprobamos que este a nuestro gusto. Y ya tenemos el repollo listo para llevar a la mesa. Es una comida muy sencilla, evidentemente no es un plato de fiesta, pero está bueno, y con una pizca de sal de color le damos un toque gracioso a la patata.