Ideas de Composición
Los bodegones son obras de arte que representan objetos inanimados. Los bodegones relacionados con la cocina son cuadros que suelen representar frutas, verduras, vasijas, fuentes, en composiciones que integran diseño e iluminación. La mesa, y en ocasiones los manteles, tratan de producir un efecto de armonía. He escogido unas imágenes de cuadros de Cézanne, una fuente de inspiración para la composición de fotografías.
Cesto de Manzanas, 1890. Art Institute (Chicago)
Sería divertido escoger un pintor y, basándonos en uno de sus cuadros, elaborar una receta. En estos dos primeros destacaría la botella y los plieges de los manteles, si tuviera que cocinar algo llevaría Pedro Ximénez.
Bodegón con Cebollas, 1895 – 1900. Museo de Orsay (París)
Buffet, 1873-1877. Museo de Bellas Artes (Budapest)
La Mesa de Cocina, 1888 - 1890 Museo de Orsay (París)
Naturaleza Muerta de la Sopera, hacia 1877 Museo de Orsay (París)
Naturaleza Muerta del Jarrón y de las Frutas, 1877. Museo Metropolitano de Arte (Nueva York)
Una entrada diferente para un lunes especial. Me gusta Cézanne.
lunes, 16 de abril de 2012
viernes, 13 de abril de 2012
Verdura Congelada al Vapor en Olla Rápida
WMF y Ahorro de Energía
Los alimentos congelados permiten acceder de forma cómoda a una amplia variedad de verduras, si queremos mantener una alimentación saludable necesitamos consumir verduras y las congeladas no tienen porqué ser una mala opción. Si además las cocinamos al vapor mantenemos los nutrientes y el sabor, y si utilizamos la olla rápida acortamos el tiempo de cocción, ahorrando energía.
Como nos cuentan las principales marcas de congelados, la verdura ultracongelada en el momento de la recolección mantiene su calidad nutricional. Es fundamental la rapidez del proceso de ultracongelación para impedir el crecimiento microbiano y la pérdida de nutrientes. La ultracongelación de la verdura se fundamenta en someterla, de forma muy rápida, a temperaturas muy bajas. Las pérdidas que se producen por el contacto con el aire, por la temperatura ambiente o por la luz, se minimizan gracias al poco tiempo que transcurre entre la recolección y su ultracongelación y envasado. Con la ultracongelación hay quién opina que se conservan las propiedades organolépticas (sabor, olor, color y textura) pero en casa pensamos que unas judias verdes frescas no tienen la misma textura, ni sabor, que las congeladas.
Para mantener estas propiedades, de textura y sabor, una buena forma es cocinar la verdura al vapor. La verdura congelada viene limpia y a punto para ser cocinada, ni siquiera necesitamos descongelarla, y si nos ayudamos de una buena olla rápida tenemos verdura para comer en 10 minutos. He utilizado para esta receta la WMF Perfect con el accesorio para cocer al vapor, el accesorio viene con la olla por lo que no tenemos que comprarlo aparte. Para generar vapor en la WMF necesitamos, al menos, 1/4 l. de líquido, aunque solo vayamos a cocer un puñado de judias echaremos en la base de la olla 250 gr. de agua, una taza.
Además de la cantidad de líquido, para cocinar al vapor debemos tener en cuenta que no podemos llenar la olla más de 2/3 de su capacidad, para que funcione correctamente y el vapor circule. Para la cocción de verduras utilizamos el nivel 1, primer anillo naranja. El nivel 1 lo usamos siempre para alimentos delicados, como la verdura, ya que la cocción es más cuidadosa y mantiene el aroma y los nutrientes (estaremos cocinando a 110º mientras que en el nivel 2 lo hacemos a 119º). Aquí tenemos unas judias verdes, están recien sacadas del congelador y las he puesto sobre el cestito calado.
Tabla de Tiempo para Cocinar Hortalizas y Verdura al Vapor en Olla Rápida:
Berenjena, 2 minutos
Coliflor, 4 minutos
Guisantes, 5 minutos
Zanahorias, 7 minutos
Judias, Repollo, Col Lombarda, 9 minutos
Patatas (con piel), 8 minutos (el vapor debe salir lentamente para que no se abran)
Nivel 1, Primer Anillo Naranja
Base del cestillo perforado y siempre 1/4 l. de Líquido
Lo que más me gusta de la verdura congelada es que puedo tener siempre en casa sin miedo a que se estropee, para las familias grandes no es un problema, pero los que comemos solos muchas veces terminamos haciendo crema de veduras por no tirar un calabacín o unas zanahorias. Por cierto, lo menos conseguido, o lo que menos me gusta, de la verdura congelada es el calabacín. Y nunca compro la menestra de verduras preparada, sale mucho más económico coger la vedura congelada de forma separada y mezclar la cantidad que nos guste, por ejemplo en las menestras ya mezcladas vienen muchísimos guisantes, algunas judias y muy pocas alcachofas, si compramos una bolsa de guisantes, una de judias y una de alcachofas, mezclamos nosotros la proporción que más nos guste y además podemos evitar las verduras que no nos gustan, en mi caso las zanahorias, no suelo comer zanahorias guisadas, crudas si, pero cocidas no.
Cerramos la olla, encendemos el fuego y cuando asoma la primera rayita, nivel 1, bajamos el fuego al mínimo para que la verdura se cocine con la presión adecuada. Con la olla rápida es muy sencillo cocinar al vapor y tardas muy poquito tiempo, este tipo de ollas si las quieres sacar partido lo mejor es tenerlas a mano, para usarla sin tener que mover un montón de cacharros. Hay quién teniendo una olla rápida se compra una vaporera, en fin, si tienes capricho de tener un cacharro más, vale, pero no merece la pena, muchas veces acumulamos trastos por no saber utilizar lo que ya tenemos.
Como se puede observar en la foto, pasados los nueve minutos las judias están perfectamente descongeladas y hervidas, es como si hubieramos usado judias verdes frescas, al cocinarlas al vapor mantienen mejor el sabor y no pierden nutrientes. Estas judias una vez hervidas pueden acompañarse de mayonesa, o rehogarlas con aceite, yo las tomo con una vinagreta templada.
Nota: Para escribir esta entrada he utilizado información publicada en la web de La Sirena, tienda de productos congelados.
Los alimentos congelados permiten acceder de forma cómoda a una amplia variedad de verduras, si queremos mantener una alimentación saludable necesitamos consumir verduras y las congeladas no tienen porqué ser una mala opción. Si además las cocinamos al vapor mantenemos los nutrientes y el sabor, y si utilizamos la olla rápida acortamos el tiempo de cocción, ahorrando energía.
Como nos cuentan las principales marcas de congelados, la verdura ultracongelada en el momento de la recolección mantiene su calidad nutricional. Es fundamental la rapidez del proceso de ultracongelación para impedir el crecimiento microbiano y la pérdida de nutrientes. La ultracongelación de la verdura se fundamenta en someterla, de forma muy rápida, a temperaturas muy bajas. Las pérdidas que se producen por el contacto con el aire, por la temperatura ambiente o por la luz, se minimizan gracias al poco tiempo que transcurre entre la recolección y su ultracongelación y envasado. Con la ultracongelación hay quién opina que se conservan las propiedades organolépticas (sabor, olor, color y textura) pero en casa pensamos que unas judias verdes frescas no tienen la misma textura, ni sabor, que las congeladas.
Para mantener estas propiedades, de textura y sabor, una buena forma es cocinar la verdura al vapor. La verdura congelada viene limpia y a punto para ser cocinada, ni siquiera necesitamos descongelarla, y si nos ayudamos de una buena olla rápida tenemos verdura para comer en 10 minutos. He utilizado para esta receta la WMF Perfect con el accesorio para cocer al vapor, el accesorio viene con la olla por lo que no tenemos que comprarlo aparte. Para generar vapor en la WMF necesitamos, al menos, 1/4 l. de líquido, aunque solo vayamos a cocer un puñado de judias echaremos en la base de la olla 250 gr. de agua, una taza.
Además de la cantidad de líquido, para cocinar al vapor debemos tener en cuenta que no podemos llenar la olla más de 2/3 de su capacidad, para que funcione correctamente y el vapor circule. Para la cocción de verduras utilizamos el nivel 1, primer anillo naranja. El nivel 1 lo usamos siempre para alimentos delicados, como la verdura, ya que la cocción es más cuidadosa y mantiene el aroma y los nutrientes (estaremos cocinando a 110º mientras que en el nivel 2 lo hacemos a 119º). Aquí tenemos unas judias verdes, están recien sacadas del congelador y las he puesto sobre el cestito calado.
Tabla de Tiempo para Cocinar Hortalizas y Verdura al Vapor en Olla Rápida:
Berenjena, 2 minutos
Coliflor, 4 minutos
Guisantes, 5 minutos
Zanahorias, 7 minutos
Judias, Repollo, Col Lombarda, 9 minutos
Patatas (con piel), 8 minutos (el vapor debe salir lentamente para que no se abran)
Nivel 1, Primer Anillo Naranja
Base del cestillo perforado y siempre 1/4 l. de Líquido
Lo que más me gusta de la verdura congelada es que puedo tener siempre en casa sin miedo a que se estropee, para las familias grandes no es un problema, pero los que comemos solos muchas veces terminamos haciendo crema de veduras por no tirar un calabacín o unas zanahorias. Por cierto, lo menos conseguido, o lo que menos me gusta, de la verdura congelada es el calabacín. Y nunca compro la menestra de verduras preparada, sale mucho más económico coger la vedura congelada de forma separada y mezclar la cantidad que nos guste, por ejemplo en las menestras ya mezcladas vienen muchísimos guisantes, algunas judias y muy pocas alcachofas, si compramos una bolsa de guisantes, una de judias y una de alcachofas, mezclamos nosotros la proporción que más nos guste y además podemos evitar las verduras que no nos gustan, en mi caso las zanahorias, no suelo comer zanahorias guisadas, crudas si, pero cocidas no.
Cerramos la olla, encendemos el fuego y cuando asoma la primera rayita, nivel 1, bajamos el fuego al mínimo para que la verdura se cocine con la presión adecuada. Con la olla rápida es muy sencillo cocinar al vapor y tardas muy poquito tiempo, este tipo de ollas si las quieres sacar partido lo mejor es tenerlas a mano, para usarla sin tener que mover un montón de cacharros. Hay quién teniendo una olla rápida se compra una vaporera, en fin, si tienes capricho de tener un cacharro más, vale, pero no merece la pena, muchas veces acumulamos trastos por no saber utilizar lo que ya tenemos.
Como se puede observar en la foto, pasados los nueve minutos las judias están perfectamente descongeladas y hervidas, es como si hubieramos usado judias verdes frescas, al cocinarlas al vapor mantienen mejor el sabor y no pierden nutrientes. Estas judias una vez hervidas pueden acompañarse de mayonesa, o rehogarlas con aceite, yo las tomo con una vinagreta templada.
Nota: Para escribir esta entrada he utilizado información publicada en la web de La Sirena, tienda de productos congelados.
miércoles, 11 de abril de 2012
Salchichas de Tofú a las Finas Hierbas
En Sofrito Especiado
Estas salchichas son faciles de encontrar, aunque sean de tofu, las tienen en grandes superficies como Alcampo, hay dos variedades: a las finas hierbas y ahumadas, para tomar como las salchichas clásicas es aconsejable usar las ahumadas y para preparar salsa o acompañamientos de arroz y pasta mejor la variedad "a las finas hierbas". El Tofu es bastante insípido por lo que mejor acompañarlo de alguna salsa o especies.
Ingredientes:
Un paquete de Salchichas de Tofu
Un Ajo ecológico
Media Cebolla ecológica
Un Pimiento verde
Dos Clavos de especia, una pizca de Oregano, una pizca de Tomillo, una pizca de Comino en grano y una Cayena
Media lata de Tomate triturado
Un toque de Pimienta Negra
Aceite de Oliva
Sal y Pimienta
Los ajos y las cebollas ecológicas los compre porque no eran mucho más caros que los normales y me pareció una buena idea, con los ajos no he tenido ningún problema, pero las cebollas, pese a guardarlas en papel de aluminio y en el cajón de la nevera, han florecido. Para mi el inconveniente de comprar productos ecológicos es la cantidad, tendría que encontrar un sitio que vendiera por piezas y a un precio razonable, supongo que es bastante dificil pero quizá con el tiempo lo tengamos.
Elaboración:
Picamos el ajo, cortamos la cebolla en brunoisse y el pimiento verde en tiras. En una sartén ponemos un fondo de aceite, el ajo bien picado y las primeras especias (clavo, oregano, tomillo, comino y cayena). Cuando comienza a burbujear el aceite con las especias, incorporamos la media cebolla bien picadita y el pimiento verde en tiras finas. Mientras vamos cortando las salchichas en rodajas
Dejamos que se rehoge sin prisa, cuando la cebolla y el pimiento están blanditos pero antes de que empiecen a dorarse añadimos las salchichas cortadas en rodajitas. Damos unas vueltas y añadimos la media lata de tomate triturado. Ponemos la tapa y dejamos que se cocine todo junto, en unos seis minutos tendremos el tomate frito con las salchichas, entonces rectificamos la pimienta y la sal.
Ahora ya tenemos las salchichas cocinadas, en realidad son como unas clásicas salchichas con tomate pero un pelín diferentes, podemos mezclarlo con pasta o arroz, yo suelo dejarlo preparado para una comida rápida. Las salchichas son una buena idea para probar el tofu, como el sofrito es el clásico de cebolla con pimiento el sabor es bastante conocido.
Y por cierto, en Alcampo el otro día tenían en los congelados judias verdes ecológicas y espinacas ecológicas, de su marca "eco". No pude mirar el precio porque estaban junto a las normales y no había cartelito con el precio de las eco, ya contaré si finalmente las compro.
Feliz vuelta al trabajo ¡¡.
Estas salchichas son faciles de encontrar, aunque sean de tofu, las tienen en grandes superficies como Alcampo, hay dos variedades: a las finas hierbas y ahumadas, para tomar como las salchichas clásicas es aconsejable usar las ahumadas y para preparar salsa o acompañamientos de arroz y pasta mejor la variedad "a las finas hierbas". El Tofu es bastante insípido por lo que mejor acompañarlo de alguna salsa o especies.
Ingredientes:
Un paquete de Salchichas de Tofu
Un Ajo ecológico
Media Cebolla ecológica
Un Pimiento verde
Dos Clavos de especia, una pizca de Oregano, una pizca de Tomillo, una pizca de Comino en grano y una Cayena
Media lata de Tomate triturado
Un toque de Pimienta Negra
Aceite de Oliva
Sal y Pimienta
Los ajos y las cebollas ecológicas los compre porque no eran mucho más caros que los normales y me pareció una buena idea, con los ajos no he tenido ningún problema, pero las cebollas, pese a guardarlas en papel de aluminio y en el cajón de la nevera, han florecido. Para mi el inconveniente de comprar productos ecológicos es la cantidad, tendría que encontrar un sitio que vendiera por piezas y a un precio razonable, supongo que es bastante dificil pero quizá con el tiempo lo tengamos.
Elaboración:
Picamos el ajo, cortamos la cebolla en brunoisse y el pimiento verde en tiras. En una sartén ponemos un fondo de aceite, el ajo bien picado y las primeras especias (clavo, oregano, tomillo, comino y cayena). Cuando comienza a burbujear el aceite con las especias, incorporamos la media cebolla bien picadita y el pimiento verde en tiras finas. Mientras vamos cortando las salchichas en rodajas
Dejamos que se rehoge sin prisa, cuando la cebolla y el pimiento están blanditos pero antes de que empiecen a dorarse añadimos las salchichas cortadas en rodajitas. Damos unas vueltas y añadimos la media lata de tomate triturado. Ponemos la tapa y dejamos que se cocine todo junto, en unos seis minutos tendremos el tomate frito con las salchichas, entonces rectificamos la pimienta y la sal.
Ahora ya tenemos las salchichas cocinadas, en realidad son como unas clásicas salchichas con tomate pero un pelín diferentes, podemos mezclarlo con pasta o arroz, yo suelo dejarlo preparado para una comida rápida. Las salchichas son una buena idea para probar el tofu, como el sofrito es el clásico de cebolla con pimiento el sabor es bastante conocido.
Y por cierto, en Alcampo el otro día tenían en los congelados judias verdes ecológicas y espinacas ecológicas, de su marca "eco". No pude mirar el precio porque estaban junto a las normales y no había cartelito con el precio de las eco, ya contaré si finalmente las compro.
Feliz vuelta al trabajo ¡¡.
miércoles, 4 de abril de 2012
Vasitos de Arroz
Arroz Blanco o Integral en Formato Individual
El arroz blanco o integral es una buena guarnición para muchos platos, pero cuando comes solo muchas veces da pereza cocer arroz. Los vasitos de arroz precocinado me dieron una idea, cocer arroz en formato individual. Es muy sencillo, y solo necesitamos una olla rápida o una olla a presión con un accesorio de vapor.
En un vasito de metal, puede servir una flanera, echamos dos cucharadas de arroz y seis cucharadas de agua, añadimos una pizca de sal y un par de gotitas de aceite, a mi me gusta echar también un poquito de pimienta negra. En la olla rápida ponemos un fondo de agua, al menos un vaso, necesitamos 1/4 l de agua para tener suficiente vapor. Sobre el cestito calado ponemos el vasito que hemos preparado con el agua y el arroz, podemos poner tantos vasitos como necesitemos. Cerramos la olla, encendemos el fuego y esperamos que asome la primera raya naranja, nivel de presión 1. Entonces bajamos el fuego al mínimo y contamos 8 minutos.
Tenemos que mantener la presión de la olla en el nivel 1, por eso bajamos el fuego al mínimo en el momento que asoma la primera ralla naranja. Para cocer arroz blanco necesitaremos ocho minutos, si vamos a usar arroz integral subiremos el tiempo a 12 minutos. No he probado todavía con arroz basmati, o arroz vaporizado, pero generalmente tardan lo mismo que el arroz bomba por lo que supongo que con 7-8 minutos será suficiente.
Pasado el tiempo apagamos el fuego, retiramos la olla y dejamos salir el vapor. Abrimos la tapa con cuidado y como siempre hacia el lado contrario de donde nos encontramos nosotros, para que el vapor no nos de en la cara. Cuando abrimos la olla nos encontramos los vasitos llenos de arroz hervido, se ha consumido el agua dentro del vaso. Y ya está, ya tenemos nuestro vasito de arroz. Me parece comodísimo para cocinar raciones individuales, o para preparar el arroz de guarnición.
Con este método de cocer el arroz no manchamos practicamente nada, tenemos el arroz listo en diez minutos, y por supuesto es muchísimo más económico que comprar los vasitos precocinados. Además usamos el arroz de la marca y el tipo que más nos guste y sabemos exactamente que le estamos echando. Si utilizamos una flanera más grande el método es el mismo. También podemos usar un molde de corona pequeño. La verdad es que queda muy bien.
El arroz blanco o integral es una buena guarnición para muchos platos, pero cuando comes solo muchas veces da pereza cocer arroz. Los vasitos de arroz precocinado me dieron una idea, cocer arroz en formato individual. Es muy sencillo, y solo necesitamos una olla rápida o una olla a presión con un accesorio de vapor.
En un vasito de metal, puede servir una flanera, echamos dos cucharadas de arroz y seis cucharadas de agua, añadimos una pizca de sal y un par de gotitas de aceite, a mi me gusta echar también un poquito de pimienta negra. En la olla rápida ponemos un fondo de agua, al menos un vaso, necesitamos 1/4 l de agua para tener suficiente vapor. Sobre el cestito calado ponemos el vasito que hemos preparado con el agua y el arroz, podemos poner tantos vasitos como necesitemos. Cerramos la olla, encendemos el fuego y esperamos que asome la primera raya naranja, nivel de presión 1. Entonces bajamos el fuego al mínimo y contamos 8 minutos.
Tenemos que mantener la presión de la olla en el nivel 1, por eso bajamos el fuego al mínimo en el momento que asoma la primera ralla naranja. Para cocer arroz blanco necesitaremos ocho minutos, si vamos a usar arroz integral subiremos el tiempo a 12 minutos. No he probado todavía con arroz basmati, o arroz vaporizado, pero generalmente tardan lo mismo que el arroz bomba por lo que supongo que con 7-8 minutos será suficiente.
Pasado el tiempo apagamos el fuego, retiramos la olla y dejamos salir el vapor. Abrimos la tapa con cuidado y como siempre hacia el lado contrario de donde nos encontramos nosotros, para que el vapor no nos de en la cara. Cuando abrimos la olla nos encontramos los vasitos llenos de arroz hervido, se ha consumido el agua dentro del vaso. Y ya está, ya tenemos nuestro vasito de arroz. Me parece comodísimo para cocinar raciones individuales, o para preparar el arroz de guarnición.
viernes, 23 de marzo de 2012
Coliflor Gratinada
Con Bechamel de Centeno, Alcaparras y Piñones
El otro día estaba comprando algunas cosillas en LIDL, cuando ví en la zona de congelados algunos productos nuevos, como las coles de bruselas y la coliflor. La coliflor, ingrediente principal de esta receta, no está mal, pero creo que tiene mejor calidad la congelada de Mercadona o la Basic de la Sirena, entre los ramilletes había alguno oscuro que deseche.
Ingredientes:
Una bolsa de Coliflor congelada
400 gr. de Leche desnatada
40 gr. de Harina de Centeno Integral
40 gr. de Aceite de Oliva
Una cucharada de Alcaparras
Una cucharada de Piñones
Lascas de Queso Parmesano
Sal
Pimienta
Nuez Moscada
Elaboración:
Vamos hacer una receta muy sencilla, la típica coliflor cocida y gratinada con bechamel pero le damos un toque especial a la bechamel, con la harina de centeno integral, las alcaparras y los piñones.
Empezamos poniendo agua a hervir en una cazuela, no llenamos la cazuela de agua porque luego al echar la coliflor puede desbordarse. Cuando el agua hierve, echamos un poquito de sal y la coliflor, directamente congelada, casi todas las marcas de coliflor congelada se cuecen en cinco o seis minutos, es mejor no pasarse de tiempo y dejarla al dente.
Mientras cocemos la coliflor vamos a preparar la bechamel. Uso el sistema de Fernando Canales, pongo la leche a hervir y en una taza mezclo la harina y el aceite, cuando la leche está caliente añado sal y nuez moscada y la mezcla de harina con aceite, en este caso harina de centeno integral y aceite de oliva virgen.
En esta foto tengo la leche caliente, con la sal y la nuez moscada, ahora añado la mezcla que aparece en la foto anterior, la harina con el aceite, lo he mezclado de forma que quede una crema. La echo en la leche y con unas varillas doy vueltas, en seguida vemos como coge consistencia, "engorda", y tenemos una bechamel, muy fácil y super rápido.
Y cuando ya tengo la bechamel de centeno, le añado una cucharada de alcaparras para darle el toque especial a la bechamel, realmente el sabor del centeno es más fuerte que la harina de trigo blanca, asi que las alcaparras le quedan bastante bien, pero no es el sabor clásico de la bechamel, hay que probarlo, y si os gustan las cosas integrales, os gustará.
Ahora que ya tengo la coliflor hervida, la he puesto en una fuente para horno y la he cubierto con la bechamel de centeno y alcaparras. Termino la fuente echando unas lascas de parmesano y unos piñones.
Y la meto al horno para gratinar unos cinco o diez minutos, depende de la potencia del horno. Generalmente yo enciendo el grill al tiempo de echar la coliflor a hervir.
Y el resultado, no lo pondría para una cena con invitados, pero es una forma de comer verdura y me gusta la bechamel de centeno con el contraste de las alcaparras, porque realmente la coliflor no sabe a nada, verdad?
Besos y feliz finde.
El otro día estaba comprando algunas cosillas en LIDL, cuando ví en la zona de congelados algunos productos nuevos, como las coles de bruselas y la coliflor. La coliflor, ingrediente principal de esta receta, no está mal, pero creo que tiene mejor calidad la congelada de Mercadona o la Basic de la Sirena, entre los ramilletes había alguno oscuro que deseche.
Ingredientes:
Una bolsa de Coliflor congelada
400 gr. de Leche desnatada
40 gr. de Harina de Centeno Integral
40 gr. de Aceite de Oliva
Una cucharada de Alcaparras
Una cucharada de Piñones
Lascas de Queso Parmesano
Sal
Pimienta
Nuez Moscada
Elaboración:
Vamos hacer una receta muy sencilla, la típica coliflor cocida y gratinada con bechamel pero le damos un toque especial a la bechamel, con la harina de centeno integral, las alcaparras y los piñones.
Empezamos poniendo agua a hervir en una cazuela, no llenamos la cazuela de agua porque luego al echar la coliflor puede desbordarse. Cuando el agua hierve, echamos un poquito de sal y la coliflor, directamente congelada, casi todas las marcas de coliflor congelada se cuecen en cinco o seis minutos, es mejor no pasarse de tiempo y dejarla al dente.
Mientras cocemos la coliflor vamos a preparar la bechamel. Uso el sistema de Fernando Canales, pongo la leche a hervir y en una taza mezclo la harina y el aceite, cuando la leche está caliente añado sal y nuez moscada y la mezcla de harina con aceite, en este caso harina de centeno integral y aceite de oliva virgen.
En esta foto tengo la leche caliente, con la sal y la nuez moscada, ahora añado la mezcla que aparece en la foto anterior, la harina con el aceite, lo he mezclado de forma que quede una crema. La echo en la leche y con unas varillas doy vueltas, en seguida vemos como coge consistencia, "engorda", y tenemos una bechamel, muy fácil y super rápido.
Y cuando ya tengo la bechamel de centeno, le añado una cucharada de alcaparras para darle el toque especial a la bechamel, realmente el sabor del centeno es más fuerte que la harina de trigo blanca, asi que las alcaparras le quedan bastante bien, pero no es el sabor clásico de la bechamel, hay que probarlo, y si os gustan las cosas integrales, os gustará.
Ahora que ya tengo la coliflor hervida, la he puesto en una fuente para horno y la he cubierto con la bechamel de centeno y alcaparras. Termino la fuente echando unas lascas de parmesano y unos piñones.
Y la meto al horno para gratinar unos cinco o diez minutos, depende de la potencia del horno. Generalmente yo enciendo el grill al tiempo de echar la coliflor a hervir.
Y el resultado, no lo pondría para una cena con invitados, pero es una forma de comer verdura y me gusta la bechamel de centeno con el contraste de las alcaparras, porque realmente la coliflor no sabe a nada, verdad?
Besos y feliz finde.
miércoles, 7 de marzo de 2012
Potaje de Cuaresma
Con garbanzos, bacalao y espinacas
En casa de mis padres la tradición de cuaresma es comer potaje los viernes. A mi de pequeña no me gustaba, recuerdo que me invitaron a comer a casa de una amiga del colegio, y su madre nos puso potaje. Cuando mi madre vino a recogerme pregunto si había comida bien y la señora le dijo encantada que me había comido el potaje estupendamente y me había gustado muchísimo. Mi madre no daba crédito, yo apenas lo recuerdo, pero recuerdo aquella mirada de asombro, desde entonces como potaje, y además me gusta.
Ingredientes:
300 gr. de Garbanzos
Una cola de Bacalao salado, unos 600 gr.
Espinacas, una bolsa de 300 gr. (no he encontrado frescas)
Un puerro
Una cebolla
Tres ajos
Dos hojas de Laurel (una si está fresco)
Un cucharada de Pimentón
Una cucharadita de Comino
Aceite de Oliva
Elaboración:
El potaje tenemos que planificarlo, para desalar el bacalao, remojar los garbanzos y dejarlo reposar 24 horas, por tanto empezamos tres días antes, poniendo el bacalao en agua, en una fuente de pyrex cubierta y guardado en la nevera. El agua para desalar el bacalao la cambiamos por la mañana y por la noche, tiramos el agua en la que empezamos el desalado y llenamos nuevamente con agua limpia.
El día anterior a la cocción, día dos, ponemos los garbanzos a remojo, cubiertos de agua. El día tres hacemos el potaje, hay varias formas, todas buenas, especialmente me llamó la atención una receta en la que cocían el bacalao desde el principio con los garbanzos para luego desecharlo, creo que es una pena tirar el bacalao y hay un pequeño truco para que el potaje tome todo el sabor sin estropear la carne del pescado.
Retiramos la piel del bacalao, apollamos un trozo sobre la madera y deslizamos el cuchillo justo entre la piel y la carne, sale muy fácil, en cuanto quitas uno ya vas quitando todos, y puedes aprovechar para hacer trozos más pequeños el bacalao y retirar espinas, alguna siempre queda, pero es lo que tiene el potaje.
Ponemos a cocer los garbanzos con media cebolla, el puerro, dos ajos, dos hojas de laurel, una cucharadita de comino... y la piel del bacalao (aquí está el truco), el resto del bacalao, la carne, la reservamos cortada en cubos. Cuando los garbanzos comienzan a estar blandos, esto depende del tipo y de la cosecha, si son de la última tardan menos, entonces es el momento de hacer el sofrito.
Antes de ponernos con el sofrito, sacamos de la cazuela donde hierven los garbanzos, que ya están blandos o les queda muy poquito, el puerro, la cebolla, los ajos, las pieles de bacalao y el laurel, es decir, dejamos los garbanzos limpios solo con el caldo de su cocción. En una sarten con un poco de aceite rehogamos un ajo picado y media cebolla en brunoisse, añadimos una cucharada de pimentón y lo echamos a la cazuela de los garbanzos, con las espinacas y el bacalao, dejamos que todo junto se cocine unos diez minutos, y ya está, rectificamos de sal, no le había echado antes por si acaso ya que el bacalao aún desalado da mucho sabor.
El potaje podemos hacerlo de forma tradicional, cocinado en una cazuela normal, o en la olla rápida, en la WMF tardaremos unos 25 minutos, la primera cocción de los garbanzos son 12 minutos en presión dos, luego dejamos escapar el vapor en lo que vamos preparando el sofrito, movemos un poco la olla cuando haya bajado totalmente la válvula, abrimos la tapa, siempre mirando al lado contrario de nuestra cara y sacamos la verdura junto a las pieles de bacalao, acercamos nuevamente al fuego, añadimos el sofrito de cebolla con el pimentón, las espinacas cortadas y los dados de bacalao, y sin tapa de presión lo dejamos cocer a fuego medio bajo diez minutos más todo junto.
Veinticuatro horas después, el cuarto día, nos comemos el Potaje de Cuaresma, a ser posible en viernes, para cumplir la tradición.
Mi potaje es muy sencillo y tiene mucho bacalao, a mi me gusta así, hay quien echa poco pescado y pocas espinacas, siendo el principal los garbanzos, pero con estas cantidades el principal es el bacalao y las espinacas quedan al dente. Saque una foto recién hecho, del tupper para comer al día siguiente y el que he guardado en el congelador.
Se aprecia poco, pero recien hecho, y en caliente que hice esta foto, el caldo no aparece trabado, en cambio en la foto del día siguiente, pasadas 24 horas, el caldo si está densito, y no he hecho nada, solo dejarlo reposar. Por cierto, el tema de la pieles del bacalao solo lo he usado con la olla rápida, en este tipo de ollas las cosas no se mueven, a ver si me explico, tal cual dejas las cosas cuando cierras, tal cual están pasados los minutos de cocción, por tanto es muy facil retirarlas, igual que las verduras, quizá si guisamos los garbanzos en olla normal las pieles sean más dificiles de retirar luego.
Un beso y gracias por leerme,
En casa de mis padres la tradición de cuaresma es comer potaje los viernes. A mi de pequeña no me gustaba, recuerdo que me invitaron a comer a casa de una amiga del colegio, y su madre nos puso potaje. Cuando mi madre vino a recogerme pregunto si había comida bien y la señora le dijo encantada que me había comido el potaje estupendamente y me había gustado muchísimo. Mi madre no daba crédito, yo apenas lo recuerdo, pero recuerdo aquella mirada de asombro, desde entonces como potaje, y además me gusta.
Ingredientes:
300 gr. de Garbanzos
Una cola de Bacalao salado, unos 600 gr.
Espinacas, una bolsa de 300 gr. (no he encontrado frescas)
Un puerro
Una cebolla
Tres ajos
Dos hojas de Laurel (una si está fresco)
Un cucharada de Pimentón
Una cucharadita de Comino
Aceite de Oliva
Elaboración:
El potaje tenemos que planificarlo, para desalar el bacalao, remojar los garbanzos y dejarlo reposar 24 horas, por tanto empezamos tres días antes, poniendo el bacalao en agua, en una fuente de pyrex cubierta y guardado en la nevera. El agua para desalar el bacalao la cambiamos por la mañana y por la noche, tiramos el agua en la que empezamos el desalado y llenamos nuevamente con agua limpia.
El día anterior a la cocción, día dos, ponemos los garbanzos a remojo, cubiertos de agua. El día tres hacemos el potaje, hay varias formas, todas buenas, especialmente me llamó la atención una receta en la que cocían el bacalao desde el principio con los garbanzos para luego desecharlo, creo que es una pena tirar el bacalao y hay un pequeño truco para que el potaje tome todo el sabor sin estropear la carne del pescado.
Ponemos a cocer los garbanzos con media cebolla, el puerro, dos ajos, dos hojas de laurel, una cucharadita de comino... y la piel del bacalao (aquí está el truco), el resto del bacalao, la carne, la reservamos cortada en cubos. Cuando los garbanzos comienzan a estar blandos, esto depende del tipo y de la cosecha, si son de la última tardan menos, entonces es el momento de hacer el sofrito.
Antes de ponernos con el sofrito, sacamos de la cazuela donde hierven los garbanzos, que ya están blandos o les queda muy poquito, el puerro, la cebolla, los ajos, las pieles de bacalao y el laurel, es decir, dejamos los garbanzos limpios solo con el caldo de su cocción. En una sarten con un poco de aceite rehogamos un ajo picado y media cebolla en brunoisse, añadimos una cucharada de pimentón y lo echamos a la cazuela de los garbanzos, con las espinacas y el bacalao, dejamos que todo junto se cocine unos diez minutos, y ya está, rectificamos de sal, no le había echado antes por si acaso ya que el bacalao aún desalado da mucho sabor.
El potaje podemos hacerlo de forma tradicional, cocinado en una cazuela normal, o en la olla rápida, en la WMF tardaremos unos 25 minutos, la primera cocción de los garbanzos son 12 minutos en presión dos, luego dejamos escapar el vapor en lo que vamos preparando el sofrito, movemos un poco la olla cuando haya bajado totalmente la válvula, abrimos la tapa, siempre mirando al lado contrario de nuestra cara y sacamos la verdura junto a las pieles de bacalao, acercamos nuevamente al fuego, añadimos el sofrito de cebolla con el pimentón, las espinacas cortadas y los dados de bacalao, y sin tapa de presión lo dejamos cocer a fuego medio bajo diez minutos más todo junto.
Veinticuatro horas después, el cuarto día, nos comemos el Potaje de Cuaresma, a ser posible en viernes, para cumplir la tradición.
Mi potaje es muy sencillo y tiene mucho bacalao, a mi me gusta así, hay quien echa poco pescado y pocas espinacas, siendo el principal los garbanzos, pero con estas cantidades el principal es el bacalao y las espinacas quedan al dente. Saque una foto recién hecho, del tupper para comer al día siguiente y el que he guardado en el congelador.
Se aprecia poco, pero recien hecho, y en caliente que hice esta foto, el caldo no aparece trabado, en cambio en la foto del día siguiente, pasadas 24 horas, el caldo si está densito, y no he hecho nada, solo dejarlo reposar. Por cierto, el tema de la pieles del bacalao solo lo he usado con la olla rápida, en este tipo de ollas las cosas no se mueven, a ver si me explico, tal cual dejas las cosas cuando cierras, tal cual están pasados los minutos de cocción, por tanto es muy facil retirarlas, igual que las verduras, quizá si guisamos los garbanzos en olla normal las pieles sean más dificiles de retirar luego.
Un beso y gracias por leerme,
martes, 14 de febrero de 2012
Setas a la Trufa Negra
Con Trufa Negra en Conserva
Como ya he dicho en otras ocasiones, esto mejora una barbaridad con productos frescos, pero mi economía no puede permitirse una trufa negra fresca, así que tenemos que conformarnos con una trufa en conserva. La receta es un primer paso, una vez preparadas las setas con trufa negra tenemos varias opciones, usarlas tal cual como guarnición, o acompañarlas de arroz blanco, o echar un brick de nata y crear una salsa de setas trufada deliciosa para una pasta, también podemos usarlo como base de una crema de setas con aroma de trufa, es cuestión de imaginar.
Ingredientes:
250 / 300 gr. de Setas
50 gr. de Vino Blanco
Una Cebolla
Un Ajo
Dos cucharadas de Aceite de Oliva
Un dado de Mantequilla
Una Trufa Negra
Elaboración:
Lo primero que vamos hacer es poner dos cucharadas de aceite en una sartén y pochar la cebolla cortada muy fina junto con el ajo. En la foto vemos la cebolla recién incorporada a la sartén, fijaos que no hay aceite por los lados, porque hemos echado únicamente una cucharada.
Removemos bien la cebolla para que se impregne del aceite, que ya sabemos que hemos puesto poco. El fuego lo mantenemos bajo, para que la cebolla sude y no se pegue, la podemos tapar con una tapa de agujeros, las típicas universales que no encajan. Cuando tenemos la cebolla pochada, y antes de que empiece a dorarse, incorporamos una nueva cucharada de aceite y un dado de mantequilla.
En este paso muchos pensaran suprimir el dado de mantequilla y echar un pelín más de aceite, error, si suprimimos la mantequilla el sabor no es el mismo. Una vez incorporada la mantequilla y el aceite añadimos las setas picadas groseramente.
Rehogamos, dejamos que las setas se "doren" realmente no van a llegar a dorarse, ahora depende de como nos gusten las setas, las rehogamos a fuego medio y añadimos el vino blanco. Subimos el fuego, dejamos que evapore el alcohol del vino, y añadimos la trufa bien picada junto al caldo de la conserva. Rectificamos de sal y ya tenemos el primer paso.
Ahora podemos reservar para usar como guarnición o hacer tres preparaciones diferentes: Si añadimos un brick de nata líquida, tendremos una maravillosa salsa para acompañar cualquier plato de pasta. Si añadimos un litro de caldo vegetal, tenemos una sopa trufada de setas. Si queremos una "crema" añadimos nata y caldo y trituramos.
Merece la pena probarlas porque quedan muy ricas, una muy buena opción es una salsa para la pasta, sencillamente añadimos un brick de nata en una cazuela incorporamos las setas y en dos minutos tenemos lista la salsa para acompañar, por ejemplo, unos tallarines de pasta fresca.
Como ya he dicho en otras ocasiones, esto mejora una barbaridad con productos frescos, pero mi economía no puede permitirse una trufa negra fresca, así que tenemos que conformarnos con una trufa en conserva. La receta es un primer paso, una vez preparadas las setas con trufa negra tenemos varias opciones, usarlas tal cual como guarnición, o acompañarlas de arroz blanco, o echar un brick de nata y crear una salsa de setas trufada deliciosa para una pasta, también podemos usarlo como base de una crema de setas con aroma de trufa, es cuestión de imaginar.
Ingredientes:
250 / 300 gr. de Setas
50 gr. de Vino Blanco
Una Cebolla
Un Ajo
Dos cucharadas de Aceite de Oliva
Un dado de Mantequilla
Una Trufa Negra
Elaboración:
Lo primero que vamos hacer es poner dos cucharadas de aceite en una sartén y pochar la cebolla cortada muy fina junto con el ajo. En la foto vemos la cebolla recién incorporada a la sartén, fijaos que no hay aceite por los lados, porque hemos echado únicamente una cucharada.
Removemos bien la cebolla para que se impregne del aceite, que ya sabemos que hemos puesto poco. El fuego lo mantenemos bajo, para que la cebolla sude y no se pegue, la podemos tapar con una tapa de agujeros, las típicas universales que no encajan. Cuando tenemos la cebolla pochada, y antes de que empiece a dorarse, incorporamos una nueva cucharada de aceite y un dado de mantequilla.
En este paso muchos pensaran suprimir el dado de mantequilla y echar un pelín más de aceite, error, si suprimimos la mantequilla el sabor no es el mismo. Una vez incorporada la mantequilla y el aceite añadimos las setas picadas groseramente.
Rehogamos, dejamos que las setas se "doren" realmente no van a llegar a dorarse, ahora depende de como nos gusten las setas, las rehogamos a fuego medio y añadimos el vino blanco. Subimos el fuego, dejamos que evapore el alcohol del vino, y añadimos la trufa bien picada junto al caldo de la conserva. Rectificamos de sal y ya tenemos el primer paso.
Ahora podemos reservar para usar como guarnición o hacer tres preparaciones diferentes: Si añadimos un brick de nata líquida, tendremos una maravillosa salsa para acompañar cualquier plato de pasta. Si añadimos un litro de caldo vegetal, tenemos una sopa trufada de setas. Si queremos una "crema" añadimos nata y caldo y trituramos.
Merece la pena probarlas porque quedan muy ricas, una muy buena opción es una salsa para la pasta, sencillamente añadimos un brick de nata en una cazuela incorporamos las setas y en dos minutos tenemos lista la salsa para acompañar, por ejemplo, unos tallarines de pasta fresca.
domingo, 5 de febrero de 2012
Arroz con Trompetas de la Muerte
Espárragos Verdes y Almejas Congeladas
Esta es una de esas recetas que te hacen pensar lo maravilloso que sería poder usar productos frescos, y es que esto mismo, con unos espárragos naturales, una almejas de carril y una setas frescas, puede ser increible, pero ante la falta de mercancia de mercado, nos conformamos con un sabor muy especial y realmente rico, con abundancia de almejas, aunque sean congeladas, y un arroz aromático con ese gustillo tan especial de las trompetas de la muerte.
Ingredientes:
165 gr., más o menos una taza, de arroz blanco
8 g., aproximadamente medio bote o un puñado, de setas secas, Trompetas de los Muertos
Un paquete, 250gr., de Almejas congeladas
Un puñadito de Garrafón
Un bote pequeño de Espárragos Verdes cortos
Dos Ajos
Un par de cucharadas de Tomate triturado
Un pellizco de Sal
Una hebras de Azafrán
Un chorretón de Aceite de Oliva
Elaboración:
Dejamos descongelando las almejas en un bol con agua fría, al mismo tiempo, ponemos en remojo las setas secas y sacamos el garrafón, también uso el congelado de venta en Mercadona, de su marca blanca. Cuando todo está descongelado y las setas bien hidratadas, vamos a empezar nuestro arroz encendiendo el horno a 200º.
Colamos el agua donde hemos tenido en remojo las Trompetas de los Muertos, como vemos en la foto, ya están hidratadas. El agua de las setas secas hay que colarla de tal forma que el líquido quede sin restos de arenilla, para ponerla a hervir en un cazo junto a la cazuela donde vamos hacer el arroz. Para el arroz uso una cazuela tipo sartén, grande, redonda y planita con asas desmontables, perfecta para ir al horno. El sistema es el mismo que en casi todos los arroces que están publicados, caliento el aceite de oliva, echo los ajos laminados, cuando empiezan a saltar incorporo las setas, rehogo y añado el garrafón, añadimos también el arroz.
Rehogamos el arroz y añadimos las dos cucharadas de tomate. En el mortero hemos machacado las hebras de azafrán con un pellizco de sal, echamos el azafrán machacado con la sal sobre el tomate. Y vamos a rehogarlo todo junto, no mucho tiempo, simplemente damos unas vueltas.
Ahora vamos a añadir el caldo caliente, que realmente es el agua de remojo de las setas. Añadimos el caldo, apagamos el fuego, colocamos el arroz bien extendido por toda la paellera, colocamos los espárragos verdes y encima las almejas, movemos la sarten para que se asiente antes de introducirla al horno.
Al introducirlo en el horno bajamos la temperatura a 180º, y dejamos que se seque el arroz, aproximadamente veinte minutos. Una vez el arroz seco, lo sacamos del horno y dejamos reposar cinco minutos.
Ya tenemos nuestro arroz con setas secas, trompetas de los muertos, almejas congeladas y espárragos verdes, a la espera de tiempo mejores y productos frescos.
Esta es una de esas recetas que te hacen pensar lo maravilloso que sería poder usar productos frescos, y es que esto mismo, con unos espárragos naturales, una almejas de carril y una setas frescas, puede ser increible, pero ante la falta de mercancia de mercado, nos conformamos con un sabor muy especial y realmente rico, con abundancia de almejas, aunque sean congeladas, y un arroz aromático con ese gustillo tan especial de las trompetas de la muerte.
Ingredientes:
165 gr., más o menos una taza, de arroz blanco
8 g., aproximadamente medio bote o un puñado, de setas secas, Trompetas de los Muertos
Un paquete, 250gr., de Almejas congeladas
Un puñadito de Garrafón
Un bote pequeño de Espárragos Verdes cortos
Dos Ajos
Un par de cucharadas de Tomate triturado
Un pellizco de Sal
Una hebras de Azafrán
Un chorretón de Aceite de Oliva
Elaboración:
Dejamos descongelando las almejas en un bol con agua fría, al mismo tiempo, ponemos en remojo las setas secas y sacamos el garrafón, también uso el congelado de venta en Mercadona, de su marca blanca. Cuando todo está descongelado y las setas bien hidratadas, vamos a empezar nuestro arroz encendiendo el horno a 200º.
Rehogamos el arroz y añadimos las dos cucharadas de tomate. En el mortero hemos machacado las hebras de azafrán con un pellizco de sal, echamos el azafrán machacado con la sal sobre el tomate. Y vamos a rehogarlo todo junto, no mucho tiempo, simplemente damos unas vueltas.
Ahora vamos a añadir el caldo caliente, que realmente es el agua de remojo de las setas. Añadimos el caldo, apagamos el fuego, colocamos el arroz bien extendido por toda la paellera, colocamos los espárragos verdes y encima las almejas, movemos la sarten para que se asiente antes de introducirla al horno.
Al introducirlo en el horno bajamos la temperatura a 180º, y dejamos que se seque el arroz, aproximadamente veinte minutos. Una vez el arroz seco, lo sacamos del horno y dejamos reposar cinco minutos.
Ya tenemos nuestro arroz con setas secas, trompetas de los muertos, almejas congeladas y espárragos verdes, a la espera de tiempo mejores y productos frescos.
domingo, 29 de enero de 2012
Kofta, albóndigas orientales
Con especias y asadas al horno
Con carne picada de ternera podemos preparar unas koftas, son como nuestras albóndigas de siempre pero mucho más especiadas, tienen un sabor muy rico y es una forma de dar salida a la carne picada en un plato sencillo con un toque de lo más especial.
Existen multitudes de recetas de koftas, todas tienen más o menos la misma base, pero hay una diferencia importante: la cebolla. Con cebolla me parece que quedan menos "orientales" cogen un sabor más conocido, mientras que si prescindimos de la cebolla personalmente me parece que están mejor.
Ingredientes: (para dos personas)
300 / 350 gr. de Carne Picada de Ternera
20 gr. de Pan Rallado
Una pizca de:
- Cayena Molida
- Comino Molido
- Jengibre Molido
- Curry
Un Ajo machacado
Media cucharadita de Oregano
Dos cucharaditas de Aceite
Un poquito de Sal
Un Huevo o una cucharadita de harina de garbanzo disuelta en dos cucharaditas de agua
Elaboración:
Para coger la "pizca" utilizo la parta de atrás de una cucharilla, realmente no sabría precisar la cantidad en gramos. La idea es mezclar todos los ingredientes con la carne picada, cuanto más mezclemos mejor quedarán, una vez todo mezclado dejamos la carne en forma de bola, cubierta con film, para que repose al menos tres horas, una buena idea es preparar la mezcla por la noche para comer al día siguiente (por supuesto, guardamos la carne en la nevera).
Antes de empezar a preparar las koftas, encendemos el horno a 200º. Cogemos la carne reposada con las especias, y vamos a ir formando pequeñas bolitas, para que nos queden más o menos iguales, he usado unos moldes de mini muffins de silicona, pero perfectamente podemos prescindir de ellos. Con el spray de aceite salpico el molde, si no tenemos spray con una gotita de aceite y un pincel, vamos untando un pelín la base, muy poquito. Nos mojamos las manos en agua y cogemos pedacitos de carne dandoles forma redondeada. Mojarnos las manos es importante para que no se nos pege la masa.
Una vez todas las bolitas preparadas, bajamos la temperatura del horno a 180º y las horneamos, aproximadamente en ocho o diez minutos estarán listas, hay que tener en cuenta que en el horno y usando este tipo de molde o base de silicona, la carne se dora antes por debajo que por encima, si esperamos a ver la carne dorada por encima se nos habrá secado en exceso por debajo, por tanto es mejor sacar y dar la vuelta a una, ver si está dorandose, y decidir si las dejamos un pelín más o las sacamos, que esperar a que nos queden todas secas.
En unos días publicaré la versión vegetal de las koftas, a las cuales les agradezco lo mucho que me han hecho pensar.
Con carne picada de ternera podemos preparar unas koftas, son como nuestras albóndigas de siempre pero mucho más especiadas, tienen un sabor muy rico y es una forma de dar salida a la carne picada en un plato sencillo con un toque de lo más especial.
Existen multitudes de recetas de koftas, todas tienen más o menos la misma base, pero hay una diferencia importante: la cebolla. Con cebolla me parece que quedan menos "orientales" cogen un sabor más conocido, mientras que si prescindimos de la cebolla personalmente me parece que están mejor.
Ingredientes: (para dos personas)
300 / 350 gr. de Carne Picada de Ternera
20 gr. de Pan Rallado
Una pizca de:
- Cayena Molida
- Comino Molido
- Jengibre Molido
- Curry
Un Ajo machacado
Media cucharadita de Oregano
Dos cucharaditas de Aceite
Un poquito de Sal
Un Huevo o una cucharadita de harina de garbanzo disuelta en dos cucharaditas de agua
Elaboración:
Para coger la "pizca" utilizo la parta de atrás de una cucharilla, realmente no sabría precisar la cantidad en gramos. La idea es mezclar todos los ingredientes con la carne picada, cuanto más mezclemos mejor quedarán, una vez todo mezclado dejamos la carne en forma de bola, cubierta con film, para que repose al menos tres horas, una buena idea es preparar la mezcla por la noche para comer al día siguiente (por supuesto, guardamos la carne en la nevera).
Antes de empezar a preparar las koftas, encendemos el horno a 200º. Cogemos la carne reposada con las especias, y vamos a ir formando pequeñas bolitas, para que nos queden más o menos iguales, he usado unos moldes de mini muffins de silicona, pero perfectamente podemos prescindir de ellos. Con el spray de aceite salpico el molde, si no tenemos spray con una gotita de aceite y un pincel, vamos untando un pelín la base, muy poquito. Nos mojamos las manos en agua y cogemos pedacitos de carne dandoles forma redondeada. Mojarnos las manos es importante para que no se nos pege la masa.
Una vez todas las bolitas preparadas, bajamos la temperatura del horno a 180º y las horneamos, aproximadamente en ocho o diez minutos estarán listas, hay que tener en cuenta que en el horno y usando este tipo de molde o base de silicona, la carne se dora antes por debajo que por encima, si esperamos a ver la carne dorada por encima se nos habrá secado en exceso por debajo, por tanto es mejor sacar y dar la vuelta a una, ver si está dorandose, y decidir si las dejamos un pelín más o las sacamos, que esperar a que nos queden todas secas.
En unos días publicaré la versión vegetal de las koftas, a las cuales les agradezco lo mucho que me han hecho pensar.
viernes, 20 de enero de 2012
Solomillo Ibérico al Estilo Kenty
Con Guarnición de Cebolla al Vino y Gnochis de Patata.
Una receta de Solomillo que puede prepararse con antelación y es perfecta para llevar, los solomillos se preparan enteros, se flambean con brandy y cocinan en salsa de nata, luego a la hora de servirlos se filetean y se pasan por la plancha, quedan muy bien, muy jugosos y es una receta muy sencilla, el único punto delicado es el flambeado, pero teniendo cuidado de no perder las cejas, no hay problema. De acompañamiento una cebolla confitada en vino y unos gnochis, que pueden sustituirse por unas patatas simplemente fritas o asadas al horno.
Ingredientes:
2 Solomillos de Cerdo
Un vaso de Brandy
250 ml. de Nata
4 Escalonias o 2 Cebollas o un manojo de Cebollas Frescas
Vino Tinto
Una cucharada de Miel
Una cucharada de Vinagre suave (de Manzana, por ejemplo)
Nuez moscada
Sal, Pimienta y Aceite de oliva.
Preparación:
Partimos los solomillos en dos trozos grandes (si son pequeños los podemos añadir enteros) y los salpimentmos bien por ambos lados. Ponemos aceite en una sartén, a mi para la carne me gusta echarlo con el spray, para que quede más extendido por toda la sartén echando poca cantidad.
Encendemos el fuego fuerte, cuando el aceite está muy caliente ponemos la carne y la doramos por todos los lados, para trabajar con la carne utilizamos las pinzas para no pincharla y que no suelte los jugos, sellamos la carne. Una vez bien dorada, bajamos el fuego, añadimos el brandy y flambeamos.
El flambeado a mi me da un miedo horrible, me da la impresión que la cocina va a salir en llamas, la verdad es que es fácil, pero da respeto. Yo lo que hago, como tengo la terraza de la cocina al lado del fuego, es abrir la puerta de la terraza, justo cuando toca flambear cojo la sartén y la pongo en el suelo de la terraza enciendo la cerilla (con un mechero es mucho más difícil) y cuando ya están las llamas vuelvo a poner la sartén en su sitio.
Mientras está ardiendo el licor damos vueltas a los solomillos con unas pinzas para que se hagan por todos los lados igual, una vez se consume el alcohol y las llamas, ponemos el fuego al mínimo y añadimos la nata, movemos bien para trabar la salsa y dejamos que se hagan los solomillos en la salsa de nata unos minutos, de esta forma quedaran rositas por dentro y jugosos.
Ahora apartamos los cuatro trozos, los ponemos en un pyrex de cristal y los regamos con la salsa, reservamos.
Para preparar la cebolla, en la misma sartén que hemos hecho la carne, la aclaramos, añadimos un fondo de aceite de oliva y la cebolla en juliana, damos una vueltas, con el fuego medio, echamos sal y cuando vemos que la cebolla se está ablandando añadimos el vino, y dejamos que evapore con el fuego bajito. Vamos removiendo de vez en cuando, cuando se halla evaporado el vino, y este todo pochadito, añadimos una cucharada de miel y una de vinagre y dejamos hervir hasta que se integre todo, retiramos y reservamos.
Ahora tengo por un lado los solomillos en cuatro trozos en su salsa, y por otro la cebolla al vino, esto lo puedo guardar así hasta que vayamos a comer, por ejemplo cuando hay invitados, lo suelo preparar el día antes, la carne queda jugosísima y con más sabor que si se come en el mismo día e igual la cebolla.
A la hora de comer, por un lado vamos hacer los gnochis, y por otro vamos a calentar la cebolla y la carne. Tenemos una olla al fuego con abundante agua, como los gnochis tardan un minuto tenemos el agua hirviendo pero serán los últimos que haremos. Primero pasamos la cebolla por la sartén, dejamos que tome temperatura y retiramos. Colocamos un montoncito en cada plato y lo que sobre en un cuenco.
Cogemos uno de los trozos de solomillo y sobre la tabla lo fileteamos, veremos que por dentro está rosita, porque no lo dejamos mucho tiempo cocinando en la nata. En la misma sartén que calentamos la cebolla, ponemos las "lonchas de solomillo" y damos vuelta y vuelta. Vamos colocando en cada plato unos cuatro filetitos por persona. Tenemos los medallones de solomillo en los platos, echamos la salsa en la sartén y con unas varillas ligamos bien, napamos la carne con la salsa, dejamos la restante en una salsera.
Generalmente utilizo dos solomillos para cuatro personas, como los he dividido en dos y tengo cuatro trozos, dejo uno sin cortar, es decir, medio solomillo se queda sin servir por si alguien quiere repetir.
Mientras sacábamos el primer solomillo y lo troceábamos, hemos echado los gnochis en el agua hirviendo, y en un minuto han subido a la superficie, es el momento de sacarlos y poner un montoncito en cada plato.
La presentación nos queda: un montoncito de cebolla, un montoncito de gnochis y los medallones de carne regados con la salsa, queda mejor en un plato claro para que se note el color moradito de la cebolla. En medio de la mesa dejamos la salsera con la crema y el cuenco con la guarnición de cebolla. Y generalmente en la cocina suelo dejar en la sartén el cuarto trozo de solomillo por si alguien quiere repetir. Si sobra, y suele sobrar, como no lo hemos cortado se conserva mucho mejor.
Pensaréis que es una locura tener ya previsto que va a sobrar un trozo, pero si este plato lo hacemos sencillamente para comer cuatro personas, se termina todo, si lo hacemos en una ocasión especial, que es cuando suelo hacerlo yo, y tenemos en cuenta que antes tomamos aperitivos y un primero, lo normal es que sobre.
Una receta de Solomillo que puede prepararse con antelación y es perfecta para llevar, los solomillos se preparan enteros, se flambean con brandy y cocinan en salsa de nata, luego a la hora de servirlos se filetean y se pasan por la plancha, quedan muy bien, muy jugosos y es una receta muy sencilla, el único punto delicado es el flambeado, pero teniendo cuidado de no perder las cejas, no hay problema. De acompañamiento una cebolla confitada en vino y unos gnochis, que pueden sustituirse por unas patatas simplemente fritas o asadas al horno.
Ingredientes:
2 Solomillos de Cerdo
Un vaso de Brandy
250 ml. de Nata
4 Escalonias o 2 Cebollas o un manojo de Cebollas Frescas
Vino Tinto
Una cucharada de Miel
Una cucharada de Vinagre suave (de Manzana, por ejemplo)
Nuez moscada
Sal, Pimienta y Aceite de oliva.
Preparación:
Partimos los solomillos en dos trozos grandes (si son pequeños los podemos añadir enteros) y los salpimentmos bien por ambos lados. Ponemos aceite en una sartén, a mi para la carne me gusta echarlo con el spray, para que quede más extendido por toda la sartén echando poca cantidad.
Encendemos el fuego fuerte, cuando el aceite está muy caliente ponemos la carne y la doramos por todos los lados, para trabajar con la carne utilizamos las pinzas para no pincharla y que no suelte los jugos, sellamos la carne. Una vez bien dorada, bajamos el fuego, añadimos el brandy y flambeamos.
El flambeado a mi me da un miedo horrible, me da la impresión que la cocina va a salir en llamas, la verdad es que es fácil, pero da respeto. Yo lo que hago, como tengo la terraza de la cocina al lado del fuego, es abrir la puerta de la terraza, justo cuando toca flambear cojo la sartén y la pongo en el suelo de la terraza enciendo la cerilla (con un mechero es mucho más difícil) y cuando ya están las llamas vuelvo a poner la sartén en su sitio.
Mientras está ardiendo el licor damos vueltas a los solomillos con unas pinzas para que se hagan por todos los lados igual, una vez se consume el alcohol y las llamas, ponemos el fuego al mínimo y añadimos la nata, movemos bien para trabar la salsa y dejamos que se hagan los solomillos en la salsa de nata unos minutos, de esta forma quedaran rositas por dentro y jugosos.
Ahora apartamos los cuatro trozos, los ponemos en un pyrex de cristal y los regamos con la salsa, reservamos.
Para preparar la cebolla, en la misma sartén que hemos hecho la carne, la aclaramos, añadimos un fondo de aceite de oliva y la cebolla en juliana, damos una vueltas, con el fuego medio, echamos sal y cuando vemos que la cebolla se está ablandando añadimos el vino, y dejamos que evapore con el fuego bajito. Vamos removiendo de vez en cuando, cuando se halla evaporado el vino, y este todo pochadito, añadimos una cucharada de miel y una de vinagre y dejamos hervir hasta que se integre todo, retiramos y reservamos.
Ahora tengo por un lado los solomillos en cuatro trozos en su salsa, y por otro la cebolla al vino, esto lo puedo guardar así hasta que vayamos a comer, por ejemplo cuando hay invitados, lo suelo preparar el día antes, la carne queda jugosísima y con más sabor que si se come en el mismo día e igual la cebolla.
A la hora de comer, por un lado vamos hacer los gnochis, y por otro vamos a calentar la cebolla y la carne. Tenemos una olla al fuego con abundante agua, como los gnochis tardan un minuto tenemos el agua hirviendo pero serán los últimos que haremos. Primero pasamos la cebolla por la sartén, dejamos que tome temperatura y retiramos. Colocamos un montoncito en cada plato y lo que sobre en un cuenco.
Cogemos uno de los trozos de solomillo y sobre la tabla lo fileteamos, veremos que por dentro está rosita, porque no lo dejamos mucho tiempo cocinando en la nata. En la misma sartén que calentamos la cebolla, ponemos las "lonchas de solomillo" y damos vuelta y vuelta. Vamos colocando en cada plato unos cuatro filetitos por persona. Tenemos los medallones de solomillo en los platos, echamos la salsa en la sartén y con unas varillas ligamos bien, napamos la carne con la salsa, dejamos la restante en una salsera.
Generalmente utilizo dos solomillos para cuatro personas, como los he dividido en dos y tengo cuatro trozos, dejo uno sin cortar, es decir, medio solomillo se queda sin servir por si alguien quiere repetir.
Mientras sacábamos el primer solomillo y lo troceábamos, hemos echado los gnochis en el agua hirviendo, y en un minuto han subido a la superficie, es el momento de sacarlos y poner un montoncito en cada plato.
La presentación nos queda: un montoncito de cebolla, un montoncito de gnochis y los medallones de carne regados con la salsa, queda mejor en un plato claro para que se note el color moradito de la cebolla. En medio de la mesa dejamos la salsera con la crema y el cuenco con la guarnición de cebolla. Y generalmente en la cocina suelo dejar en la sartén el cuarto trozo de solomillo por si alguien quiere repetir. Si sobra, y suele sobrar, como no lo hemos cortado se conserva mucho mejor.
Pensaréis que es una locura tener ya previsto que va a sobrar un trozo, pero si este plato lo hacemos sencillamente para comer cuatro personas, se termina todo, si lo hacemos en una ocasión especial, que es cuando suelo hacerlo yo, y tenemos en cuenta que antes tomamos aperitivos y un primero, lo normal es que sobre.
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